Electric Wizard - Come My Fanatics (1997)
Llegó papá noel y les trajo un disco de Electric Wizard.
Este disco es un viaje de sludge, hongos y whisky. Desde Return Trip hasta el último segundo, esta banda se propone a atacarte con riffs sabrosos y, aunque con cierta influencia candlemassiana, cambian la dirección hacia riffs más sencillos, un poco menos cirqueros, pero no menos aplastantes.
Y no paran un segundo, Doom-antia es un viaje de fuzz y hongos, Wizard in Black te caga a trompadas. Los riffs no tan prolijos, pero increíblemente distorsionados, le dieron a Electric Wizard un sello característico y un sonido propio. En este disco quizás pudieron lograr la "pesadez" que buscaban en el primero, lo cual no quiere decir que el homónimo del '95 no lo sea, pero quizás no pudieron lograr esa distorsión. La cual se perfeccionó, desde este punto de vista, en Dopethrone.
Y tuvo su impacto, podes buscar en you tube la cantidad de videos de gente combinando pedales y cabezales, y mirando detenidamente las fotos viejas de la viola de Jus Oborn, tratando de ver cuántas perillas tenía, porque entonces era una no sé qué. Intentando recrear la fórmula del sonido de este disco, como si estuviesen experimentando con la receta de una torta, agregando tal efecto, quitando tal otro, para invocar el sonido del sludge soñado.
Este disco funciona como la prueba de que el riff más pesado, puede no ser el más virtuoso, y de que podes no ser Geezer y escribir buen doom (con los efectos adecuados).
Como con Amplifier Worship, intenten tener una copia física y reproduzcanlo en el formato ideal, y bien fuerte, que es todo un viaje.
Este disco es un viaje de sludge, hongos y whisky. Desde Return Trip hasta el último segundo, esta banda se propone a atacarte con riffs sabrosos y, aunque con cierta influencia candlemassiana, cambian la dirección hacia riffs más sencillos, un poco menos cirqueros, pero no menos aplastantes.
Y no paran un segundo, Doom-antia es un viaje de fuzz y hongos, Wizard in Black te caga a trompadas. Los riffs no tan prolijos, pero increíblemente distorsionados, le dieron a Electric Wizard un sello característico y un sonido propio. En este disco quizás pudieron lograr la "pesadez" que buscaban en el primero, lo cual no quiere decir que el homónimo del '95 no lo sea, pero quizás no pudieron lograr esa distorsión. La cual se perfeccionó, desde este punto de vista, en Dopethrone.
Y tuvo su impacto, podes buscar en you tube la cantidad de videos de gente combinando pedales y cabezales, y mirando detenidamente las fotos viejas de la viola de Jus Oborn, tratando de ver cuántas perillas tenía, porque entonces era una no sé qué. Intentando recrear la fórmula del sonido de este disco, como si estuviesen experimentando con la receta de una torta, agregando tal efecto, quitando tal otro, para invocar el sonido del sludge soñado.
Este disco funciona como la prueba de que el riff más pesado, puede no ser el más virtuoso, y de que podes no ser Geezer y escribir buen doom (con los efectos adecuados).
Como con Amplifier Worship, intenten tener una copia física y reproduzcanlo en el formato ideal, y bien fuerte, que es todo un viaje.

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